El concurso de acreedores es un procedimiento judicial, que se produce cuando la empresa no puede atender sus obligaciones de pago o se prevé que no podrá atenderlas de formar inminente.

Tiene como finalidad evitar la quiebra de la empresa y si esto no fuera posible, liquidar la misma conforme a los criterios establecidos en la Ley Concursal.

Durante el procedimiento judicial la empresa seguirá funcionando, aunque intervenida por un administrador concursal nombrado por el Juzgado de lo Mercantil. Este será el encargado de analizar las posibilidades de viabilidad o no de la sociedad.

El concurso de acreedores suele ser solicitado por la propia empresa, pero también puede ser pedido por los trabajadores y trabajadoras, como mecanismo para intentar asegurar sus puestos de trabajo o el cobro de las deudas que mantiene la empresa con ellos.

Cuando una empresa acude a un Juzgado para entrar en concurso de acreedores, es muy importante que los trabajadores a los que se debe dinero, formen parte del procedimiento judicial a través de su abogado y así intentar evitar que se descapitalice la empresa o que otros acreedores puedan liquidar sus deudas, obviando las deudas que la sociedad tienen con ellos.

La experiencia nos dice que la mayoría de los concursos de acreedores finalizan con la liquidación de la sociedad, no percibiendo los trabajadores y trabajadoras el cobro total de las cantidades adeudadas. En este caso, se podrá acudir Fondo de Garantía Salarial para que este organismo abone, total o parcialmente, las cantidades adeudas por la empresa.

El concurso de acreedores es un procedimiento complejo. Por ello, es muy aconsejable que antes de enfrentarse al mismo, los trabajadores conozcan en lo básico su dinámica.  Para ello, puedes ponerte en contacto con este despacho profesional. Gratuitamente se hará una valoración jurídica de tu situación legal y un  presupuesto de costes económicos de la defensa de tus derechos en este procedimiento.